CDMX, (Notifax).- No obstante la guerra sucia que muchos utilizaron contra él y los obstáculos que le pusieron, Andrés Manuel López Obrador, prácticamente arrasó en la contienda presidencial al obtener 53.88 %por ciento de votos contra 26.74% de su más cercano competidor (Ricardo Anaya) y un lejano tercer lugar (José Antonio Meade) con 15.18 % de preferencias, de acuerdo como lo reportó el avance parcial del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP).
Desde temprana hora cuando los candidatos fueron a votar se intuía en sus rostros quien percibía que podía ganar o quien no iba a alcanzar lo que tanto anhelaba, es más los medios de comunicación se conjuntaban más con él candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena-PT-PES). Que con Meade o Anaya.
Por la tarde también las salas de prensa eran muestra de lo que sucedería más tarde; la sala del PRI, lucía semivacía, ya no se veían las grandes multitudes en espera del resultado ni el bullicio a que nos había acostumbrado el tricolor cuando ganaba.
Ya entrada la noche, José Antonio Meade, en la sede del PRI, salió a reconocer públicamente que los resultados no le eran favorables, posteriormente lo hizo Anaya y después El Bronco.
Y el presidente de la República con la imparcialidad que lo ha caracterizado felicitó ampliamente al tabasqueño.
Después, en cascada, presidentes y mandatarios extranjeros hicieron llegar sus felicitaciones, entre ellos, Donald Trump.
Por la noche desde que salió de su casa de campaña hasta llegar al hotel donde dio su discurso y después al zócalo fue arropado y vitoreado espontáneamente por el pueblo (sin acarreados).
Sus seguidores continuaron la fiesta hasta la madrugada y muchos decían ojalá y no nos falle, es nuestra última esperanza.